Como muchos otros de mis viajes, este no fue planificado, pero a diferencia de cualquier otro, este destino me tomo por sorpresa, era un destino completamente desconocido, del cual no había certeza de lo que esperar, ni respuesta a las típicas preguntas de que ver, que hacer o como llegar.
Por primera vez sería realmente una aventura hacia lo desconocido, hacia donde no había leído. Esta vez no viajaría sola, en este viaje me acompañarían todos, así que solo quedaba empacar en mi mochila lo indispensable, empezando por todas las herramientas con las que me había preparado la vida, porque en cada parada del viaje sabría cual usar. Trate de dejar los por si acaso para evitar el exceso de equipaje, pero igual me quedo un espacio y el miedo se coló, y lo deje porque tal vez me podría ser útil.
Tal como todo año nuevo, hace unos meses muchos nos planteamos aquello que queríamos cambiar y hacer. A medida que avanzó el año esas promesas se fueron quedando en empiezo el lunes o el próximo mes o en lo hago cuando pase tal cosa. Y al cabo de unos meses nos dejamos envolver por la cotidianidad, sin embargo, desde oriente se empezó a escuchar un ruido, el del miedo, entonces dos fuerzas gigantes se enfrentaron cara a cara, era el miedo amenazando a la cotidianidad.
Fue ahí cuando todos debimos emprender el mismo viaje, leyendo lo que decían los que ya habían empezado. Pero como todo viaje de última hora no alcanzamos a prepararnos, así que nos dejamos llevar por la situación, mientras observábamos todo el recorrido como cualquier turista sin experiencia.
Y de una semana a otra, la sombra del miedo que viajaba desde oriente se dejo caer cada vez mas cerca de nuestro mundo. Nos negamos a creerlo, decidimos seguir la vida “normal”, hasta cuando esa sombra nos cubrió a todos por igual, en su manto no había clasificación, ni diferencias.
De forma maravillosa redescubrimos que somos uno. Una especie que desde que salió de las cavernas se ha olvidado de lo esencial que es estar juntos para sobrevivir, de la importancia de pertenecer unos a otros y sentirnos parte del universo como una partícula o una célula más y de reconocer que nuestro gran poder reside en lo que podemos hacer juntos, ya sea crear o destruir.
Nuestro planeta desde hace rato nos estaba intentando avisar que lo estamos lastimando, con señales como el cambio climático y el aumento de desastres naturales en distintos lugares, pero lo sentimos como esa pequeña molestia de salud que dejamos para después, porque necesitamos seguir con la “vida normal”.
Como especie nos mantuvimos ajenos a su dolor o al menos inmóviles, desconociendo o ignorando el poder que tenemos para sanarlo, porque esto parecía más fácil, que salir de la zona de confort mundial.
Entonces como mecanismo de defensa para poder tomar el tiempo de sanarse, de algún lugar de nuestro planeta, tal vez de forma espontánea u orquestada por cualquiera de los seres que la habitamos, apareció algo que nos lastimo a todos. Llego a todos los rincones del mundo con nuestra ayuda y nos obligó a escondernos de nuevo en nuestras modernas cuevas para poder sobrevivir.
Mientras dejamos de estar en todos lados, la naturaleza se encargó de cubrir el espacio que nos apropiamos y lo reclamo como suyo. Sus aguas volvieron a ser transparentes, los delfines regresaron, el cielo volvió a ser azul, los osos, los ciervos, los pumas, los monos y otras especies se tomaron las calles de las ciudades, como si hubiesen salido de la cuarentena en donde los pusimos desde que sobre poblamos el planeta tierra y los forzamos a esconderse por miedo a ser lastimados por nosotros. Con nuestros actos parece ser que olvidamos que este hogar es compartido.
Durante este recorrido, comprobamos con nuestros propios ojos lo rápido que puede sanar la tierra y lo dañinas que son nuestras acciones. Además, empezamos a recordar la responsabilidad tan grande que tiene cada uno al pertenecer a esta especie, lo valioso que es cuidarme para cuidar a otros y lo fuertes que somos cuando nos unimos por el bien común.
Mientras las fronteras mundiales se cerraron para contener el virus dentro y evitar que se esparza, cada uno de nosotros también cerramos nuestras fronteras, delimitando los abrazos, los beso y los encuentros. Entonces las únicas fronteras que nos quedaron por atravesar son las nuestras y finalmente nos dieron el tiempo para hacer el viaje mas importante de nuestras vidas, el viaje a nuestro interior.
De pronto, llegamos a esa parte del tour donde puedes separarte del grupo y tienes el tiempo para decidir qué hacer. Ese momento donde el guía nos dice las actividades que podríamos realizar y donde y cuando será el punto de encuentro. Esta vez no será muy claro cuanto tiempo tendremos, lo que sí está claro es que por primera vez en este viaje tendremos una larga pausa para decidir.
Quiero que se des cuenta del momento tan maravilloso que estamos presenciando, podemos considerarnos privilegiados por estar presentes en el momento en el que el mundo cambio. Porque, aunque lo deseen nada volverá a ser como antes, ustedes habrán cambiado al igual que su mundo, es momento de descubrir lo que realmente pueden hacer, y cuan creativos son.
Es momento de tomar acción para adaptarte, ya sea que lo hagas voluntariamente o las circunstancias te obliguen, así que es tu decisión si empiezas ahora o dejas que las circunstancias lo hagan por ti.
El universo, Dios, la energía superior o aquello en lo que creas está lleno de sabiduría y ahora mismo, gracias a esta nueva realidad nos está empujando a ver hacia dentro de nosotros mismos, eliminando las distracciones vánales, porque nos está recordando a diario lo frágiles que somos como individuos y lo importante que es cada una de nuestras acciones para todos. Como el efecto mariposa podemos hacer un bien inimaginable y también un gran mal en el otro lado del planeta.
Nos está enseñando que, si quiero cambiar el mundo, solo tengo que cambiar yo y entonces todo mi mundo habrá cambiado.
Durante el viaje por la cuarentena podemos decidir entre disfrutar y aprender de la compañía de nuestras luces y sombras, esas que ignoramos por tanto tiempo y ahora es el momento de escucharlas. O simplemente podemos tratar de ignorar el viaje interior, buscando distracciones, lo cual será un gran desafío al no poder salir, cuando en medio de tu encierro te preguntes:
- ¿Todos los problemas y planes que tenías siguen siendo importantes?
- ¿Que tantas cosas dejaste para después y ahora mismo no sabes hasta cuando habrá un después o si lo habrá?
Ahora en la cuarentena tienes el tiempo que tanto deseabas y no sabes qué hacer con él
tal vez llego la hora de:
- Plantearte si quieres seguir haciendo lo que haces.
- Hacer lo que quieres y no dejar para después.
- Aprender lo que tanto querías.
- Descubrir qué harías diferente
En fin, tal vez este es el empujón para que te atrevas a dar el salto cuántico hacia lo que siempre has querido. Recuerda que el miedo siempre te va a acompañar, lo importante es que no te detenga, así que solo da el primer paso, que más allá estará lo que sueñas.
Aprovecha este momento para descubrir tu verdadero potencial y te vas a sorprender de lo que puedes hacer porque tu eres quien pone los límites, así que empieza a ampliarlos.
Necesitamos momentos de agitación e incomodidad para ser mas creativos de lo que pensamos y para crecer y este es el momento perfecto.
¿Cuéntame cual es la actividad que vas a realizar en este recorrido por la cuarentena?
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